La abducción y contactos del cubano Filiberto Cárdenas :
Un exiliado cubano, Filiberto Cárdenas,
quien inmigró a los Estados Unidos después de la revolución cubana fue
secuestrado por extraterrestres al frente de su amigo y su familia. Este
caso es una contribución importante para el cuerpo de la literatura
sobre los ovnis, porque este puede ser el primer caso en expediente
donde el abducido fue capaz de introducir con éxito a otra persona en
los eventos de contactos y realmente llevarla a bordo de una nave
extraterrestre con él.
. . .
(Audio) Investigación del Dr. Virgilio Sanchez Ocejo
Extracto del prohrama "Alternativa Extraterrestre" del 22 de Abril de 2013 donde el Dr. Virgilio Sanchez Ocejo cuenta detalles de su investigación de este apasionate caso.
Jueves, 3 de enero de 1979, a las 6 de la tarde, Filiberto Cárdenas, entonces 46 años y 3 miembros de la familia Martí (Fernando de 46 años, su esposa Elizabeth de 36 años, y su hija Mirta
13), regresaban de un esfuerzo infructuoso de comprar un lechón para la
cena de un domingo siguiente. El agricultor que ellos habían ido a ver
no tenía más cerdos para vender.
Mientras regresaban a casa por el “US Highway Route 27” (Ruta 27), también conocido como “el camino Okeechobee”,
el Chevrolet “station-wagon” (familiar, combinable o ranchera
dependiendo el país) de Filiberto desarrolló problemas eléctricos.
Los faros y todas las otras
luces se apagaron. El auto se detuvo cerca de la extensión de una
autopista en la Florida. Cuando Fernando, que estaba conduciendo en ese
momento, trató de reiniciar el vehículo, no había ninguna corriente
eléctrica. Filiberto y Fernando se bajaron, abrieron el capó (cofre en
México/bonete en P.R.) del motor, y miraron dentro para ver lo que
estaba mal.
En ese momento, observaron el motor reflejar diversas luces de diferentes colores (rojo, violeta, azul, anaranjado y luego un blanco azulado). De repente, ambos hombres se encontraron cubiertos con una luz azul-violeta, que acompañó a un misterioso zumbido, semejante a un enjambre de abejas.
El auto empezó a vibrar y la Sra. Martí y su hija empezaron a gritar.
Filiberto luego trató de ir a donde ellas, pero estaba totalmente
paralizado, y comenzó a elevarse en el aire envuelto en la luz.
Miró hacia abajo y se vio suspendido en el aire y subía rápidamente.
Mientras tanto, Fernando miró a su izquierda y vio los pies de Filiberto
ascendiendo por encima del auto y gritando: “¡No me lleven, no me lleven!..."
Poco después, los gritos de
la esposa de Fernando Martí y su hija le causaron reaccionar, pero lo
único que él podría decir con entusiasmo y que, por supuesto, no las
calmó, fue: "¡Se llevaron a Filiberto, una luz se lo llevó!”
La esposa de Fernando, Elizabeth, había estado en un terremoto en
California, y temiendo lo mismo cuando el coche comenzó a temblar agarró
a su hija y la tiró encima de su regazo, echando sus brazos alrededor
de ella para su protección.
Fernando saltó en el coche y
trató la ignición de nuevo. Después de varios intentos desesperados, él
logró reiniciar el coche, pero con muchos fallos, como que no estaba
recibiendo suficiente gasolina o algo así. El coche traqueteó lentamente
hacia adelante y luego empezó a mejorar un poco, finalmente, al llegar a
la ruta 27, comenzó a correr normalmente de nuevo. Ya cerca de la
ciudad de Miami, él se detuvo en una gasolinera para llamar a la policía,
pero se le dijo que fuera a un teléfono público y llamara de nuevo. Él
volvió de nuevo al coche, que funcionó bien esta vez, y se fueron a Hialeah a buscar un teléfono público.
Mientras ya en la ciudad,
vieron un coche de la policía en una zona comercial. Se detuvieron y
explicaron al sargento de la policía lo que había sucedido. Se decidió
entonces de comenzar la búsqueda de Filiberto, que se suponía que se había perdido o que estaba desorientado en algún lugar. La policía alertó a la Base Aérea de Homestead, para que manden aviones y helicópteros con focos de luz.
Fernando llamó a la esposa de Filiberto, Iris, y le dijo que un objeto con una luz grande se había llevado a su marido. Ella quería más detalles y él intentó, sin éxito, de explicar algo que él mismo no entendía. La señora Cárdenas comenzó a llorar. Cuando Iris colgó el teléfono, ella consiguió un sobrino
para que la conduzca a donde Filiberto había desaparecido. Después de
consultar con la policía y comprobar que no sabían nada más que la
llamada de Fernando, ella y su sobrino se dispusieron a ver qué podían
encontrar. No encontraron nada en el lugar.
Fernando Martí admitió: "Lo
encontraría difícil de creerlo si yo lo leía en un periódico, pero yo
estaba allí con mi esposa e hija. Estábamos aterrados por la luz y el
ruido, cuando se terminó, Filiberto se había desaparecido."
Dos horas más tarde, a eso de las 8:00 pm (20.00 hs), Filiberto se encontró a gatas en un pavimento de la Calle Ocho, cerca de la avenida 142 Suroeste,
donde unos focos de luz le deslumbraron y donde oyó el chirrido de los
frenos y el arrastre de los neumáticos (llantas o gomas dependiendo el
país) de un coche cuyo conductor tuvo que parar repentinamente para
evitar atropellarlo.
El conductor se bajó, lo sacó de la carretera, y luego llamó a la policía. Unos minutos más tarde, a las 8:15 pm (20.15h), el oficial de la policía William Christian, de la Quinta Comisaría,
lo levantó y después de cuidarlo, procedió a hacerle preguntas y
presentó un informe escrito sobre el incidente. La policía notificó a la
señora Cárdenas y ella corrió a la estación y lo llevó a una clínica local para recibir tratamientos.
Alguien dijo que un examen físico debe hacerse para detectar radiación,
si es realmente relacionado con un ovni. La clínica local fue incapaz
de tratar o examinar para tales efectos y Filiberto fue llevado al Hospital Jackson Memorial de Miami a eso de la 1:30 de la mañana el 4 de enero para ver qué podían hacer.
Su historia clínica reveló
que se quejó de dolores en ambas rodillas y visión fuera de enfoque en
la última hora. Las siguientes radiografías y un examen general del
hospital ha encontrado, "signos vitales estables", una
abrasión de 0.2 x 0.2 centímetros en la frente y una lesión de 2x2
centímetros amarilla en el hombro derecho. Él también fue examinado por contaminación radiactiva en el hospital por un equipo de la Fuerza Aérea enviado por la Base Aérea de Homestead, del sur de Miami.
Las pruebas fueron negativas y él fue dado de alta y lo mandaron a su casa. El oficial William Christian
indicó que Filiberto Cárdenas le dijo que no tenía ninguna idea de lo
que había sucedido. Filiberto más tarde declaró que él no se atrevió a
decirle al oficial Christian lo que sabía por temor de ser considerado
loco. "Antes de esto pasar," Filiberto, dijo: "Yo me burlaba de los ovnis. Ahora pienso de una forma distinta".
. . .
La investigación comienza:
El día siguiente, el viernes 4 de enero,
varios investigadores de ovnis asumieron control del caso y comenzaron
inmediatamente a reclutar un equipo de investigación integrado por un médico, un psicólogo, un neurólogo, un hipnoterapeuta, otros ufólogos, como Mario Rodríguez D’Agostino, que era representante de la Mutual UFO Network (MUFON) en Uruguay. También alistaron al Dr. J. Allen Hynek quien siguió el desarrollo de este caso.
Un examen minucioso reveló que Filiberto tenía 108 marcas, pequeñas quemaduras por todo el cuerpo que, según se pudo comprobar más tarde, coincidían con puntos de acupuntura. Luego, algunos días después del suceso, el abducido comenzó a manifestar síntomas extraños: excesiva
sudoración, mucha sed, cambios violentos de temperatura, fuerte olor a
azufre, pérdida de memoria, incremento desmedido de la apetencia sexual y
numerosos episodios de alteraciones de las leyes espacio-temporales.
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Acontecimientos paranormales:
Una vez de vuelta,
Filiberto comenzó a sentir diversas actividades paranormales, y así,
entre otras cosas, podía ver a través de paredes o sabía exactamente lo
que una persona lejos de él estaba haciendo. Por otra parte, los
implantes que se puso supuestamente en los oídos, según lo dijo durante
la hipnosis, le hizo ver imágenes y escuchar los sonidos de las cosas
que iban a ocurrir en el futuro.
Al respecto, el Dr. Hynek
sugirió que tales dispositivos diminutos podrían haber sido colocados
en el nivel celular, algo que con las máquinas de hoy en día no resulta
en algo absurdo. Una de las distorsiones del espacio-tiempo más
interesantes fue con un reloj grueso de oro que Filiberto solía llevar en su muñeca. Cada vez que regresaba al lugar donde fue abducido, las manecillas se aceleraban haciendo un ruido audible. Cuando lo tocaba con su dedo índice derecho se aceleraba aún más.
Él demostró esto a su
esposa, a sus amigos y a los investigadores ovnis. En el lugar del
secuestro él oía “sus" voces en su cabeza y le daban informaciones. Más
tarde, él podía oírlas sin ir al sitio. En otra ocasión, él presintió
que su suegro necesitaba ayuda, y condujo automática al lugar donde se
había atascado el coche del señor.
Filiberto relata su encuentro a través de la hipnosis:
Por último, sometido a una
regresión hipnótica, Filiberto podría relatar los detalles de su
aventura fantástica. Según su historia, la nave que lo secuestró, tenía tres humanoides a bordo, y se fue a una playa, un lugar donde otras naves similares se reunieron para entrar juntos en el mar.
Mientras debajo del mar, la nave hizo un giro a la derecha y comenzó a
desacelerarse. Al frente apareció un túnel con sus paredes iluminadas,
como si fueran fosforescentes.
La nave atravesó el túnel, y
se detuvo en un lugar completamente seco. Era un lugar grande, como una
caverna. Ahí había un asiento de piedra y dos símbolos. Uno de ellos
tenía la forma de una serpiente, y era del tamaño, "de un poste de luz
eléctrico", y el otro era como el primero, pero más pequeño. En ese
lugar, los seres escoltaron a Filiberto de la nave, y lo llevaron al
asiento de roca, donde lo sentaron.
Le hicieron beber "un líquido con sabor a miel,
y le dijeron que era para alimentarlo. Una enorme puerta abrió, que era
como una pared entera, y varias "personas" salieron de ella. Filiberto,
sentía opresión en el pecho, como si él no estaba recibiendo suficiente
aire. Las sensaciones y los olores eran muy extraños para él. En ese
momento, alguien se le acercó y le dijo: 'Bienvenido'. Este individuo, que lo recibió, le habló en perfecto español, con acento portugués o italiano. Tenía el aspecto de un terrícola. Le informó de que "era de la Tierra, y que había estado mucho tiempo entre los extraterrestres." También le dijo que "él debería estar contento, porque iba a recibir instrucciones de un ser humano como él mismo."
Después fue llevado por una
puerta hacia una calle, lo que parecía una gran ciudad. La cruzaron y
entraron en una habitación pequeña. En ese lugar, Filiberto sintió que
era succionado contra la pared. La pared se volcó y se convirtió en una
especie de mesa. Paralizado, el abducido se quedó mirando el techo, y se
dio cuenta que había algunas figuras que se movían a su alrededor. Le
pusieron una luz en sus ojos, algo en un oído (que más tarde dijo que
era una radio para comunicarse con él).
De la pared, algo así como
brazos salieron llenos de ventosas, que casi los cubrían por completo.
No sentía dolor. Pero no podía moverse. Después del examen, le hicieron
salir por un pasillo, hasta llegar a otra habitación. Este lugar era el
mismo, o parecido a la sala de control de la nave madre. Había ahí una
silla alta, un individuo con una capa, y pantallas de televisión en la
pared, etc. Otra vez le mostraron cosas diferentes a Filiberto de lo que
iban ocurrir. Luego, le señalaron reflejos en el suelo, "tres
triángulos o pirámides unidos por un fino halo de luz.", Le explicaron
que, "esos eran los controles que tenían aquí en la Tierra. Uno
en el Océano Pacífico, otro en el Atlántico, y el otro muy dentro de la
Tierra."
Otro extraterrestre se
acercó al abducido, y lo acompañó a un lugar diferente. Ahí le mostraron
un libro con fotografías de diferentes lugares. Le hicieron saber que
llevaba con ellos 18 meses. Lo hacían dormir, y luego lo despertaban. De alimento, le daban "unas cosas como si fueran pastillas."
Por un momento, Filiberto pensó que lo querían volver loco. Lo
trasladaron a otra habitación donde había dos individuos, "que parecían
terrícolas" con sobretodos grises, "como los que usan en los
laboratorios". Lo escoltaron a otra habitación, donde había una reunión
como si fuera "una fiesta." Más tarde lo llevaron a una gran sala donde
se encontraba una nave en posición vertical, "similar a nuestros cohetes."
Lo entraron adentro. Tres
extraterrestres más entraron con él dentro de la nave espacial, quienes
lo sentaron en una silla de succión, como las mencionadas antes, y
manipularon la nave hasta hacerla despegar. Filiberto no podía ver nada
de lo que sucedía afuera. Después de un corto viaje, la puerta del
objeto volador se abrió de par en par, y Filiberto fue bajado fuera de
él, en una pradera. Los seres le abrieron la boca y le dieron algo de beber.
En esos momentos, el abducido comenzó a sentirse mal. La nave se perdió
de vista en el cielo, y Filiberto hizo un esfuerzo supremo para
orientarse... no sabía dónde estaba, y no estaba consciente de los
alrededores. Él comenzó a moverse a gatas por el terreno. A lo lejos,
vio unas luces, y se dirigió inmediatamente hacia ellas. Eran las luces
de los vehículos viajando por el camino donde sería recogido al poco
rato.
. . .
El segundo encuentro:
El 21 de febrero de 1979, un mes y medio después del primer secuestro una voz lo dirigió al mismo sitio otra vez. Entonces Filiberto consultó con los alienígenas si su esposa, Iris, podía acompañarlo, y esta vez él la llevó consigo. Alrededor de las 03:00 de la mañana un ovni de forma de trompo llegó. Filiberto e Iris
observaron la nave mientras se acercaba y se mantenía cerca de su
automóvil que estaba estacionado casi en el mismo lugar donde Filiberto
fue abducido.
La nave en realidad no aterrizó, sino flotaba a pocos pies sobre el suelo.
Los Cárdenas se acercaron a lo que parecía una ventana de vidrio, y de
repente anduvieron por el “cristal” hasta el interior de la nave. Vieron
varias sillas estrechas con una sola pata con respaldos altos. Las
sillas podían dar vuelta. Entonces vieron a los ocupantes muy humanos de
la nave. Eran de 3½ a 4 pies de altura (más pequeños que Filiberto) y
estaban vestidos con trajes muy ajustados de una sola pieza de color plateado blanco-azulado descrito previamente por Filiberto.
El emblema usado en el lado
derecho del pecho, parecía una 'X' acostada con una serpiente levantada
en el centro. Los extraterrestres tenían los ojos grandes y oblicuos,
como los orientales, pero eran más largos y llegaban hacia los lados de
la cara. Tenían una nariz recta normal y una boca pequeña que nunca se
movía. La sala de control de la nave estaba rodeada con una pared de
pequeñas pantallas de televisión de tres dimensiones que mostraron una
gran cantidad de cosas. Otra pared estaba cubierta con botones
iluminados a colores de diversas tonalidades.
Estos ocupantes del ovni fueron descritos algo así como los seres encontrados por el policía Herbert Schirmer en Nebraska (EE.UU.) en 1967.
Los extraterrestres vestían con un traje de color azul-blanco muy
ajustado de una sola pieza que cubría todo, excepto la cara. Él también
observó un emblema de serpiente en el pecho derecho del
traje y un botón como un auricular en la oreja izquierda con una
pequeña antena que sobresalía de la parte superior.
La diferencia física principal era el tamaño pequeño de 4 pies de los seres que la pareja observó. Ellos les hablaron telepáticamente a
los Cárdenas, y conversaron entre ellos en un idioma que sonaba como el
árabe. Dos machos y una hembra miembros de la tripulación parecían que
estaban fascinados por las uñas pintadas en las manos y en los pies de Iris Cárdenas.
Los extraterrestres sufrieron de estornudos durante toda la
experiencia, y explicaron que había algo que emanaba de los cuerpos
humanos que causa eso en proximidad cercana. La señora Cárdenas dijo que
ella se pellizcaba para asegurarse de que no estaba soñando. También le pidió a uno de los alienígenas si ella podía tocarlo
y él estuvo de acuerdo. El material del traje sentía suave en una
dirección y áspera en otro, como escamas de los peces pequeños.
Su cuerpo era firme por
debajo del material del traje. Iris encendió un cigarrillo dentro de la
nave y el señor Cárdenas le dijo que no fume "para que no contamine la
atmósfera en el interior de la nave". Iris le preguntó a los
extraterrestres si ellos fueron los que habían secuestrado a dos niñas
pequeñas de Puerto Rico (ella había oído la historia de una enfermera
cuando estaba en la clínica con Filiberto), y respondieron que ellos no
secuestran niñitas..., eso alivió los temores de Iris porque tiene una
hija de 3 años de edad, Barbarita.
Esta vez los dos estaban a
bordo en plena conciencia manteniéndose plenamente enterados y alertos
todo el tiempo. Ambos podrían recordar toda la experiencia, sin
regresión hipnótica. Él y su esposa no regresaron casi hasta las seis de
la mañana siguiente. Esa misma mañana tuvo lugar un avistamiento de un
platillo volante por personas que se encontraban en el aeropuerto
internacional de Miami, precisamente a la misma altura donde Filiberto
Cárdenas y su esposa decían haber subido al OVNI.
Exactamente las 10 de la
mañana una madre nave grande con dos objetos más pequeños de forma de
disco que volaban alrededor de ella, fueron visto por cientos de
testigos en el Aeropuerto Internacional de Miami (10 millas de este
encuentro más reciente). Sra. Julia González y el Sr. Ricardo Sánchez,
empleados del aeropuerto que trabajan en el centro de la zona de la
pista del aeropuerto, dijeron que observaron los 3 objetos claramente
durante varios minutos. Ellos vieron los pasajeros que abordaban un
avión que se iba deteniéndose para mirar el espectáculo inusual. También
vieron a otros empleados del aeropuerto ver las naves en el cielo sobre
sus cabezas. El señor González llamó a una estación de radio local para
informar del extraño fenómeno y se lo notificó a un investigador de
ovnis.
. . .
Mensajes :
Entre los mensajes, transmitidos por uno de los alienígenas llamado Kiostros, destacó el caso que vino próximo, el trágico final del presidente egipcio Anuar Sadat. Eso sucedió en 1981.Uno
aún más sorprendente es que una estrella de cine y su esposa se
convertirían en presidente y primera dama de los Estados Unidos, que
tuvo lugar en enero de ese año, cuando Ronald Reagan y su esposa (Nancy Reagan), ambos actores de películas, fueron a la Casablanca. También anunció una guerra en el Oriente Medio, lo que implicaría la Arabia Saudita e Israel.
Además, la desaparición del mapa de una de las naciones productoras de petróleo, la pequeña nación de Kuwait.
El más significativo de estas predicciones es que se hizo años antes,
cuando casi nadie había oído hablar de Kuwait. Hubo muchas otras
profecías que Filiberto Cárdenas recuerda así: "Me mostraron que en los
finales de 1985, las caídas de varios dictadores en la América Latina y
Filipinas, en la misma orden en que se produciría; Duvalier, Marcos,
Pinochet, Stroessner, Noriega. Finalmente, que también hablaron de Fidel
Castro.
Del mismo modo, me dijeron
que iba a viajar a Europa para dar algunos mensajes importantes al
Papa." Filiberto también fue dado las siguientes profecías
apocalípticas: "Los terrícolas se van a destruir. Hay una ciudad
lejana, esa ciudad se llama la Ciudad de México. Esto va a ser pronto.
Los alienígenas siempre hablaron para enfatizar: 'Nosotros no vamos a
hacerlo. Queremos prevenir los acontecimientos.'" Él les preguntó si se podía hacer algo para evitarlo, y dijeron que no. Aconsejaron que los habitantes abandonen esos territorios. Él les preguntó si era un castigo por algo, pero no lo es tampoco.
Afirmaron que es algo
natural y le dijeron algo a Filiberto, de una manera que él no podía ver
o analizar, pero es entendido que eso debe suceder y sucederá. La única
manera de salvar a la gente o los habitantes, que son millones, es
abandonar esos territorios. La capital de México es una. Además, casi toda la población de California se hundirá en el océano.
. . .
El último encuentro de Filiberto (1989):
El último contacto de Filiberto Cárdenas con los extraterrestres tuvo lugar en 1989. Él lo recuerda así: "Me
llevaron a un lugar en el fondo del mar, donde sentí una presión muy
grande en el pecho; no podía respirar, como si estuviera a una
profundidad muy grande. Luego pasamos por unos pasadizos y, al final, vi
gente como yo, humanos, terrícolas".
Añadiendo que en esa
ocasión, tuvo un encuentro terrorífico con "un ser de mirada
relampagueante y voz como de trueno, que en un momento prefijado ha de
hacer su aparición entre nosotros". Para Filiberto la experiencia, no ha
concluido. Filiberto Cárdenas ha sido muy honesto, un hombre trabajador
y un marido determinado y padre. Él no estaba particularmente
interesado en el fenómeno OVNI hasta que esta cadena de acontecimientos
se produjo.
Pero su suerte empezó a
mejorar después cuando los contactos comenzaron y ahora está
reorganizando su vida para darse más tiempo a dedicarse al estudio de lo
que le está sucediendo, y a los demás, y para decirle al mundo
durmiente lo que sucede realmente.